La Corte Suprema, en un fallo casatorio, determinó que la renuencia reiterada de un trabajador a aceptar nuevas funciones, siempre y cuando estas no se alejen drásticamente de su perfil laboral, puede ser motivo suficiente para un despido por falta grave.
Este pronunciamiento surge de un recurso de casación interpuesto por un empleador contra una sentencia que había favorecido a un trabajador, argumentando infracción normativa por parte del Tribunal de Apelación.
En la Casación Laboral N° 8600-2022 Lima Sur, el conflicto inició cuando un empleado fue reasignado a nuevas tareas, acordes con su área de especialización, pero distintas a sus funciones habituales.
El trabajador se negó a cumplir con estas nuevas asignaciones, lo que llevó al empleador a iniciar un proceso de despido por incumplimiento de las obligaciones laborales, argumentando que dicha negativa constituye una violación a la buena fe laboral.
El proceso judicial reveló que el empleador había comunicado las nuevas tareas mediante correspondencia formal, buscando la adaptación del empleado a las necesidades operativas de la empresa. Sin embargo, la resistencia persistente del trabajador a adaptarse a los cambios fue vista como un incumplimiento de sus obligaciones laborales.
Analizando los hechos, la Corte Suprema enfatizó la validez del ‘iusvariandi’, que permite al empleador reasignar tareas dentro de los límites razonables sin alterar el contrato de trabajo fundamentalmente.
Al concluir que las nuevas funciones no divergían significativamente del perfil del trabajador, y dado el incumplimiento reiterado de estas, la corte determinó que el despido estaba justificado, sentando un precedente sobre la importancia de la buena fe y la adaptabilidad en la relación laboral.
Fuente: Diario Gestión
Fecha: 14/02/2024